En
los siglo XVI XVII, el imperio español estaba marcado por grandes
diferencias sociales y algunos conflictos violentos, aunque en
general se puede decir que es una sociedad estable.
La
población española crece democráticamente durante el reinado de la
familia de los Austrias en el siglo XVI debido al crecimiento
económico del país y desciende considerablemente en el siglo XVII
debido a la crisis que recorre España. España en esta época era un
imperio dependiente de la producción y se dan crisis económicas y
de subsistencia cuando falta mano de obra, como paso cuando se
expulso al pueblo morisco del imperio en el siglo XVI.
ESTRUCTURA
La
sociedad moderna es plenamente estamental. Existe una profunda
desigualdad social, en la que los estamentos son mucho más cerrados
que en la Edad Media.
La
nobleza y el clero son los estamentos privilegiados. La nobleza se
convierte en un estamento cerrado al que sólo se puede pertenecer
por linaje, aunque es un estamento con fuertes diferencias
económicas, en el que destacan los grandes de España (que son los
más ricos), y a los que se contrapone la pequeña nobleza, como los
hidalgos que viven gracias a los cargos públicos que se les
conceden. En el siglo XVI la nobleza española se hace cortesana y
tiende a vivir en Madrid cerca del rey. Los caballeros son una
nobleza media, ya que poseían cierta fortuna.
El
clero es por su condición un estamento más abierto, ya que ingresan
en él personas de toda condición. Sin embargo, también había
grados dentro de la iglesia. Los cargos eclesiásticos más
relevantes estaban reservados a personas pertenecientes a la nobleza,
mientras que los curas párrocos rurales eran personas descendientes
el pueblo. Sin embargo, las mayores diferencias económicas se daban
entre los religiosos seculares y los que pertenecían a órdenes
religiosas, con un capital patrimonial muy importante. También era
muy importante el patrimonio de algunos obispados, como el de Toledo.
El
privilegio de estas clases consistía, fundamentalmente, en la
exención de pagar impuestos, y la aplicación de una legislación
diferente, con jueces propios.
El
estado llano era aún más heterogéneo, pues a él pertenecían
desde la burguesía mercantil y financiera, que prestaban dinero a la
corona, hasta los mendigos. La burguesía urbana controlaba el
gobierno municipal y las cortes. a través de los ciudadanos
honrado que había en todas las ciudades. También había
diferencia patrimonial entre el campesinado, ya que había campesinos
que podían arrendar o subarrendar sus tierras, y jornaleros que
estaban en paro la mayor parte del año.
Tambien
habia otro grupo minoritario en la sociedad española del siglo XVII
que eran los
moriscos o los gitanos.Con los mudejares hubo conflictos desde que en
1499, tras la rebelión del Albaicín, los reyes catolicos
promulgaron la pragmatica de la conversión forzosa a la que siguió
la rebelión de las alpujarras en 1502. Pero los verdaderos
conflictos con los moriscos se produjeron en el siglo XVI, porque
como sus formas de vida rurales continuaban siendo tradicionales, los
cristianos viejos dudaban de su conversión. Hubo muchos progromos
contra los cristianos nuevos, entre los que también estaban los
judios conversos. La rebelión más importante de moriscos se produjo
en las Alpujarras granadinas entre 1568 y 1569, por los decretos que
limitaban el derecho de propiedad a los moriscos. Finalmente el duque
de Lerma promulga el Decreto de Expulsión de los moriscos comienzan
a salir de España el 22 de septiembre de 1609.
Otra
minoría importante en los siglos XVI y XVII es la de los extranjeros
principalmente franceses y genoveses que se instalan en el reino de
Aragón y Castilla en busca de mejores condiciones de vida. El
concepto de extranjero en está época incluye a todos los que no son
naturales del reino, aunque pertenezcan a la misma corona.
Una
minoría importante, y problemática, es la de los gitanos, que son
vistos como vagabundos, sin oficio. Los gitanos llegan a España a
comienzos del siglo XV. Son sistemáticamente perseguidos, y se
intenta por todos los medios que se establezcan en ciudades. La
primera pragmática en este sentido la promulgan los Reyes Católicos
en 1499, y se repetirá en múltiples ocasiones, hasta que en 1570
Felipe II decrete el Encarcelamiento General. Esta situación de
persecución oficial no se acabará hasta que en 1583, Carlos III
promulgue su pragmática declarándoles útiles a la Corona.
Otra
minoría importante fue la de los mendigos y vagabundos cuyo número
es incierto, pero que fue aumentando, sobre todo en el siglo XVII.
Una manifestación clara de esta forma de vida es la que se refleja
en la novela picaresca. Contra los mendigos y vagabundos se decretan
numerosas levas, que les obligan al servicio de armas forzoso; y las
leyes de vagos, que les obligan a realizar diferentes trabajos.
También hubo en España esclavos, sobre todo en la corte y en
Sevilla.
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