El desastre del 98 puso fin al imperialismo español en el
momento en el que el moderno imperialismo de las potencias capitalistas
industriales estaba en su apogeo. Tras el reparto de la mayor parte de África,
el territorio de lo que hoy es Marruecos era una de las pocas regiones por
repartir en el continente. Este hecho provocó importantes
tensiones internacionales que están en el origen del camino que llevó a la
primera guerra mundial.
Las potencias se reunieron en la
Conferencia de Algeciras en 1906 y allí se acordó el reparto de Marruecos
entre Francia, que se quedó la mayor parte del territorio, y España que se
apoderó de la montañosa franja norte del país.
Muy pronto aparecieron los conflictos con los indígenas.
Las cábilas del Rif se agruparon bajo el liderazgo de Abd-el-Krim. El
ejército español, mal pertrechado y dirigido, sufrió importantes reveses desde
un principio. El desastre del
Barranco del Lobo, cerca de Melilla, fue un
trágico ejemplo.
En 1912, Francia y España pactaron un nuevo reparto de Marruecos para mejor hacer frente a la resistencia de las cábilas rifeñas. Al acabar la I Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes dirigidos por Abd-el-Krim.
En 1912, Francia y España pactaron un nuevo reparto de Marruecos para mejor hacer frente a la resistencia de las cábilas rifeñas. Al acabar la I Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes dirigidos por Abd-el-Krim.
El general Berenguer al frente de un ejército mal
preparado y equipado. En este ejército destacaban los Regulares, tropas
indígenas, y la Legión, fundada por Franco y Millán Astray
a imagen de la Legión extranjera francesa.
En el verano de 1921, las tropas españolas se
embarcaron en una acción mal planificada dirigida por el general Fernández Silvestre.
Los choques que las cábilas rifeñas concluyeron con una retirada desordenada y
la masacre de las tropas españolas. Se trataba del Desastre de Annual,
que costó más de trece mil muertos, entre ellos el general Fernández
Silvestre.
El desastre de Annual provocó una terrible impresión en una
opinión pública contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en el
país y los republicanos y socialistas se apresuraron a reclamar el abandono de
Marruecos.
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